Cada día pasan segundos, pasan minutos, pasan horas, vivimos entre recuerdos olvidados que si bien existen no se vuelven reales fácilmente hasta que es tarde para escucharlos.
Sin darle importancia a la agonía nos sumimos en el hecho de ser iguales s cada paso, cada andar, cada espera de esa condescendencia que no explicamos al principio de nuestras acciones.
Cierro mis párpados y dejó a mi mente crear fantasmas de historias que no viví pero siento son realidades a esta mediocre melodía que no soy bueno interpretando.
Solitaria, escondida en un rincón, temerosa y decidida esta la plegaria de mis ojos, esta la tranquilidad de mis latidos y la caída de mi triste ser.