Hoy, mientras los vientos soplan, las hojas caen y los sonidos del fin se hacen presentes, es el día en que los ojos se abren a un camino que meramente puede ser intangible, desesperado y propiamente retrogrado, de esta forma, si bien nada parece conocer las limitaciones de la imaginación, estamos propensos a eliminar las ambiciones que nos corroen a cada paso que somos capaces de llevar.
Esta noche, cuando la habitación apague su luz, sera la ultima oscuridad que veremos de forma libre, mañana, al primer sonido del día regresaremos al yugo, pero a diferencia de antes, ahora no seremos capaces de descansar de el ni rogar por nuestra libertad, esta noche, cuando la desesperación florezca y las lágrimas hagan parte de su partida y no regresen por un tiempo, no seremos capaces de dejar de pensar en ellas por lo menos hasta que la filosofía de lo que vivimos sea capaz de cambiar.
No es tiempo de mirar atrás, todas esas palabras que se transformaron en mentiras ya fueron dichas y no tendrán forma de convertirse en verdades, cada palabra que decimos si bien puede ser un error, es un reconocimiento a los cimientos de nuestros propios e hipócritas logros, unos esperaran a que desaparezcamos, otros serán capaz de causar su extinción, pero todos pereceremos a la orden de un mismo y triste prejuicio.
Y si bien, estas palabras puedan sonar falsas permiten que amplié mi propia retrospectiva, porque es noche ya y el mañana que cuente como el primero ya no sera por siempre el ultimo dentro de toda inocencia que seamos capaces de mostrar.
Las lineas del destino que se cruzaron el día de hoy, no lo tenían pensado ayer y no se unirán de nuevo mañana, ese es su camino y esa sera también su perdición,antes de cambiar nuestro propio estatuto, antes de alejarse, o aun antes de llorar debemos liberar la carga, sentir la muerte para entender la vida y reír a costa de otros para que otros sientan la risa a cuesta de nosotros.
Ser siniestro es parte de la destreza de la vida, ser injusto es parte de la cuestión de ser el mejor, ahora, vivir en base a nuestras propias resignaciones, es el pesar de la carga que imaginariamente transportamos, seamos parte de unos idiotas, seamos partes de los ganados, y aunque vivamos en la oscuridad, riamos hasta que los dientes se pudran.
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