Cada noche, a la luz de las velas nos sumergimos en actos de sincera desesperación de los cuales no hablamos, pero si somos capaces de perder la cordura ante ellos,el hecho de ver la culpabilidad de otros no nos hace mas santos, nos hace piezas de un ajedrez que no conocemos y meramente estatuas de lo que solíamos hacer con fe en otros hechos, el dejar atrás la inocencia para vivir de la decadencia.
Ahora, si bien estamos acostumbrados a sufrir no deberíamos llorar mas, si estamos acostumbrados al amor no esperemos una decepción, caer en la raíz de un precipicio es liberar los saltos de fe que no hemos dado, acostumbrarnos a viejas historias no es vivir nuevos sueños, es abandonar toda cordura para vivir en la demencia de las 3 de la tarde, placentera, silenciosa, envidiable y meramente rencorosa.
Perder la razón y vivir en el olvido es un acto de una fe perdida, crear un vació no es mas que un hecho olvidado, pero enlazar las tinieblas con la luz es el acto en el que la enfermedad consume todo rastro de salud para ser solo los restos de un naufragio perdido en la profundidad de un desierto inundado por la desesperación y la amargura.
Esperar a que nuestros propios demonios existenciales nos hagan participes de los hechos perdidos y olvidados por unos pocos no deja de ser lo mas triste de nuestra nueva aventura, estar encerrado nos lleva a perder la cordura y vivir de situaciones que sabemos que no ocurren de esa manera, viajar en un viejo medio de arrepentimiento no es lo suficientemente poderoso para cerrar los ojos, solo nos lleva al punto en que todo lo dejamos olvidado por no decir que esta perdido.
Estar perdido en la oscuridad no nos hace contemplar mejor la luz, el saber que somos victimas de algo mas que la falta de escrúpulos es corromperse en un acto que si bien no es bandalico es meramente pudoroso, el confundir toda razón nos convierte en dementes y como tales debemos extorsionar nuestras vidas, silenciar nuestros gritos y definir nuevas viejas estructuras, nadie dice que el blanco es puro, todos dudan de si el negro es penumbra, mas bien todos vemos como las calles exclaman que el fin esta mas cerca que el llegar a la otra esquina.
Muchos podrán reír de lo que tememos, otros podrán llorar con lo que decimos, pero muy pocos querrán sufrir por nuestras causas ya que solo los elegidos conocen el destino de un susurro, el eco que se esconde entre las rocas, el canto que enfurece a los caídos y que llena de gloria a los que no han sabido buscarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario